El himno del Colegio interpretado por los más pequeños
Uno de los requisitos inapelables para las clases con niños de 4 y 5 años (edades en las que se encuentran los estudiantes de jardines del Colegio Refous) es la didáctica; así, un sinfín de rondas, juegos, y actividades hacen casi inexistente la gruesa línea entre realidad y fantasía; de un momento para otro el aprendizaje significativo se conjuga sin la necesidad de que estudiantes o docentes lo perciban como tal.
En este marco, parecía una especie de irrupción, la posibilidad de enseñar un himno que ostenta un lenguaje escrito poco familiar para los niños, en donde la longitud tal vez no fuera la habitual de las canciones y rondas utilizadas en las sesiones de clase, y en donde los retos melódicos ostentaban un reto alterno, no obstante, encontrábamos interesante la posibilidad de fomentar no solo el sentido de pertenencia por la Institución a la que vienen de entrar y en la que van a permanecer por años, sino el amor por el entorno vivencial de aprendizaje en el que cientos de historias van a ir construyendo paulatinamente la individualidad de cada uno.
El solo hecho de observar y escuchar a los más pequeños del Colegio cantar con una actitud altiva las estrofas del himno, nos dio a entender que tal vez nuestras disertaciones en cuanto a los retos propuestos por esta posibilidad, aunque eran fundadas, no eran un atenuante que no nos permitiera enseñar las estrofas y la música de la pieza. Tal vez dentro de unos años los niños logren comprender con total claridad el texto y se efectúe una comprensión más integral del mensaje. Sin embargo, verlos saltar, marchar, cantar y disfrutar, sobre pistas pregrabadas nos hizo pensar que incluso si no se comprende el texto en la manera en que una persona adulta lo haría, el himno contribuye a la formación musical de los estudiantes.
Hacemos extensiva la invitación a la comunidad educativa para que “se mueran de la ternura” al ver a nuestros pequeños interpretar el himno escolar del Colegio Refous.