El Campamento del GRUPO SCOUT

 

Esta es la experiencia del campamento que se hizo en el Colegio, desde la vista de una integrante de la Tropa de la Patrulla Borugos.

 

El escultismo tiene como principios: lealtad (somos fieles a la palabra dada), pureza (somos limpios y ordenados de pensamientos, palabras y obras) y abnegación (sacrificio de quitarte algo tuyo para dárselo a los demás). Para lograr impactar en la vida de los niños y jóvenes cada una de las ramas se divide en subgrupos, en la tropa se llaman Patrullas, en la manada son seisenas y cada uno de estos subgrupos tiene su identidad.

 

El IV Barbavuelo (campamento en el Colegio), fue para muchos de nosotros el primero. Para ser más específico, en la Patrulla Borugos cuatro de los seis integrantes de la Patrulla vivimos esto como una nueva experiencia. Teníamos toda la actitud y la disposición para trabajar en equipo y lograr los mejores resultados, sumado esto a la expectativa que generó el dormir en el Colegio.

 

Nuestras dificultades empezaron al cargar las maletas, teníamos que subirlas junto con la comida, las carpas, eran cosas que físicamente nos superaban; aun así, con mucho esfuerzo llegamos del Risco (Rincón Scout) a la Torre Vigía juntos, un trabajo en equipo está siempre mejor hecho. En el almuerzo habíamos definido cargos, buscábamos ser lo más agiles y aprovechar de la mejor manera el tiempo, en especial al armar las carpas. Fue algo difícil por varios motivos, por ejemplo, el que no conociéramos bien la carpa, entonces nos dividimos, algunos se encargaron de la carpa, de la comida, y el resto de nosotros organizó morrales. Buscamos ayudar y trabajar en lo que se propuso; por ejemplo, trabajamos en la carpa de la jefatura, con las señales de silbatos, realizamos una lectura para acercarnos a la historia del movimiento y preparamos nuestra comida.

 

La cena fue un momento especial para compartir, y digo compartir en todo sentido. Compartimos la cena con Andrés (empleado del Colegio), mientras hablábamos con otras Patrullas, creo que eso es lo importante de ciertos espacios, compartir entre todos. El desayuno fue una historia distinta, no sé si por lo dormidos que aun estábamos, pero por ejemplo a nosotros se nos cayó el desayuno… solo que en ningún momento estos problemas realmente lo fueron, siempre se pudo proponer una solución, eso sí, entre todos. Después del desayuno, fuimos participes de una actividad que nos permitió enfocarnos a la resolución de problemas, el trabajo en equipo y la proyección como líderes. La actividad empezó con un acertijo con clave morse, que nos llevó hasta el árbol de Barbas de Viejo, ahí, tuvimos que amarrarnos y pasar debajo de una malla, terminado esto se nos pidió hacer una cartelera con información similar a la estudiada el día anterior. Por último, nos dieron como objetivo deshacer un nudo humano, solo que agotamos el tiempo y “fracasamos” en el intento; nos llamaron a formar para recibir las últimas instrucciones para recoger carpas, almorzar y organizar los salones donde resguardaron algunas cosas y otros en los que durmió La Manada.

 

Así se hizo, se recogió todo después de almorzar, unos barrían salones otros se encargaban de morrales o limpiaron los baños y otros recogieron la cocina, en fin, nadie estaba sin una labor. Todo se hizo como grupo, las caídas fueron como grupo, por lo que levantarnos fue fácil, es aquí donde se ve la importancia de la convivencia que fortalece la capacidad del trabajo en equipo. Cada actividad del grupo nos está ayudando a crecer, las caminatas, los campamentos en el Colegio y fuera de él, cada una aporta aprendizajes que disfrutamos de manera distinta en el grupo Scout.

 

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